domingo, 23 de agosto de 2009

Momentos del día


Los momentos que hacen que una hora o unos minutos se vuelvan placenteros en mi día suelen ser cuando despierto llena de energía o de pereza, pero de buen humor. También cuando tomo café en la mañana, más tarde la ducha, después el momento de ver a mis amigos, y finalmente el momento en que muero de sueño y caigo en un estado de paz tendida en mi cama. Esto hace que las horas pasen desapercibidas, o que sean discretas, pues entre tantos deberes dentro y fuera de casa, aproximadamente cada 3 horas uno de estos sucesos ocurre y hace que las horas anteriores parezcan ligeras y que las futuras se vean atractivas. Pero hay cierto tipo de acontecimiento que ocurre indefinidamente, de forma inusitada... como las llamadas que hacen que el ritmo cardiaco se acelere, que las pupilas se dilaten y que los labios sonrían (soríe el cuerpo entero, de hecho). Este tipo de sucesos ocurren cuando uno menos y más lo espera, pero siempre son bienvenidos, sin importar la hora, la situación, el estado del tiempo, etc. Estos momentos son los más memorables de cada día, pues son capaces de darme felicidad por horas y horas, son como una descarga de energía. Unos minutos reponen y restauran horas y a veces incluso días.

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